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En tiempos de guerras internacionales y de incremento de la delincuencia, vale la pena mantener los pies en la tierra y para eso es útil prestar atención a los estudios económicos hechos para orientar el destino de capitales internacionales. Al fin y al cabo, el bienestar económico no es garantía de paz y felicidad, pero sí contribuye considerablemente a no perderlas. Por eso vale la pena leer la última publicación de un grupo financiero con presencia en numerosos países del mundo. En efecto, la empresa Capital Group es una de las tres más grandes gestoras de fondos de pensiones a nivel mundial. Fundada en Los Ángeles en 1931 mientras Estados Unidos se debatía para salir de la Gran Depresión, Capital Group ha desarrollado una metodología propia para definir el nivel de riesgo que corren las inversiones en cada uno de los 176 países estudiados. El riesgo está definido por tres factores: el político, el legal y el propiamente económico. El factor político se refiere al tipo de régimen de gobierno, al nivel de la corrupción y al clima de conflictos. El factor legal se enfoca sobre todo en la protección de la propiedad y en el marco jurídico de los contratos. El factor económico destaca la diversificación de las actividades productivas. El riesgo 0 está reservado para dos países de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), dos de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda), 8 del Norte de Europa y Singapur. El riesgo máximo lo comparten cinco países: Siria, Sudán, Líbano, Bielorusia y Venezuela. Entre los países latinoamericanos el mejor calificado es Chile, con 1.3%. Pero en segundo lugar y desmintiendo toda forma de pesimismo aparece Perú con 2.4%, es decir el mismo puntaje que España, Tailandia y Guyana. Con un decimal más figuran Colombia, México, Panamá y Uruguay. ¿Qué puede explicar que pese a todos nuestros tormentos formemos parte del tercio superior? La respuesta solo puede ser: nuestra estabilidad macroeconómica. Hemos atravesado todas las incertidumbres posibles, pero no hemos caído en la tentación de vivir del endeudamiento y el déficit.
Las cosas como son
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